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En el corazón de cada vehículo late un motor que depende de un fluido vital para su funcionamiento óptimo: el aceite de motor. Este líquido no solo lubrica; desempeña un papel fundamental en la refrigeración, limpieza y protección de los componentes internos del motor. A través de los años, se han tejido innumerables mitos alrededor del aceite de motor, algunos arraigados en prácticas antiguas y otros en simples malentendidos. Desentrañar la verdad de la ficción es vital para el mantenimiento adecuado y la longevidad de su automóvil. Desde la frecuencia del cambio de aceite hasta el color como indicador de calidad, las creencias erróneas pueden llevar a decisiones que comprometen el rendimiento y la salud de su motor. Invitamos a los lectores a sumergirse en este texto para desmitificar estos conceptos erróneos y equiparse con información precisa. Prepárese para desterrar mitos y adoptar prácticas que verdaderamente cuidarán de su motor.
La frecuencia del cambio de aceite
El mantenimiento del vehículo es vital para su óptimo funcionamiento y longevidad, y dentro de este, el cambio de aceite ocupa un lugar destacado. Tradicionalmente, se ha mantenido la noción de que es necesario cambiar el aceite cada 5,000 kilómetros o cada 3 meses, pero esta práctica ha quedado desfasada ante las mejoras tecnológicas tanto de los lubricantes como de los propios motores. Los avances en la formulación de aceites de motor han permitido que los intervalos de cambio se extiendan significativamente, ofreciendo protección y rendimiento por periodos más largos sin comprometer la salud del motor.
En la actualidad, la viscosidad y resistencia de los aceites modernos se adapta mejor a las demandas de los motores actuales, lo que permite que estos operen de manera eficiente por más tiempo. Es fundamental tener en cuenta las condiciones de manejo, ya que no es lo mismo un vehículo que transita habitualmente por autopistas que otro que realiza trayectos cortos en zonas urbanas. Además, resulta imperativo atender las especificaciones del fabricante, ya que cada vehículo tiene requerimientos particulares que pueden alterar la frecuencia con la que se debe realizar el cambio de aceite.
Como ingeniero mecánico especializado en motores de combustión interna, advierto la necesidad de deshacerse de los mitos y atender a la ciencia y tecnología automotriz actual. Al seguir las recomendaciones actualizadas y personalizadas para cada vehículo, los conductores no solo garantizan un mejor rendimiento, sino que también contribuyen al cuidado del medio ambiente y a la economía al evitar cambios innecesarios y prematuros del aceite de motor.
El color del aceite como indicador de su estado
Muchos conductores miran el color del aceite de su motor y asumen que, si está oscuro, es señal de que debe ser reemplazado sin demora. No obstante, este es uno de los mitos más extendidos que merece ser desmentido. De hecho, el oscurecimiento del aceite es parte de un proceso natural y puede indicar que el aceite está efectuando adecuadamente su función de limpieza del motor. Los antioxidantes presentes en las formulaciones modernas del lubricante reaccionan con los subproductos de la combustión para evitar que causen daño; este proceso puede modificar el color del líquido, volviéndolo más oscuro.
Para obtener una evaluación precisa sobre la condición del aceite, es recomendable realizar un análisis de aceite profesional. Este análisis proporcionará información detallada sobre la viscosidad, la presencia de metales y contaminantes, así como el nivel de oxidación, entre otros factores determinantes. Por tanto, antes de decidirse por un cambio de aceite basándose únicamente en el "color del aceite", considere que el "análisis de aceite" es una herramienta mucho más fiable para comprender la "limpieza del motor" y la verdadera "condición del aceite". Este enfoque es apoyado por técnicos en lubricación certificados, quienes enfatizan la importancia de no basar el mantenimiento del motor en mitos, sino en evidencia técnica sólida.
El mito de "rellenar" en lugar de cambiar el aceite
Es común encontrar la creencia errónea de que rellenar el aceite es suficiente para el cuidado del motor; no obstante, esta práctica puede llevar a problemas a largo plazo. Un cambio completo de aceite no es solo un capricho de los mecánicos o una estrategia de ventas de talleres: es una necesidad para el mantenimiento adecuado del vehículo. Al renovar por completo el aceite y reemplazar el filtro de aceite, se asegura la eliminación de contaminantes que, con el tiempo, se acumulan y pueden causar desde una contaminación por dilución hasta daños severos en el motor.
Estos contaminantes incluyen partículas metálicas, residuos carbonosos y otros subproductos de la combustión que, si no son retirados, degradarán la integridad del lubricante. Además, el aceite pierde propiedades con el uso, como su capacidad para resistir temperaturas extremas y mantener una viscosidad adecuada. Un experto en mantenimiento de vehículos siempre recomendará esta práctica no solo para proteger el motor, sino también para optimizar el rendimiento y la eficiencia del vehículo. Al ignorar este proceso y optar únicamente por rellenar, se está poniendo en riesgo la funcionalidad y la vida útil del motor.
El uso de aceites sintéticos en motores antiguos
Existe un concepto erróneo bastante difundido sobre la incompatibilidad de los aceites sintéticos con los motores antiguos. Contrario a esta creencia, los aceites sintéticos ofrecen ventajas significativas en cuanto a rendimiento y protección del motor, incluso en unidades con muchos años de servicio. Estos lubricantes están formulados para resistir condiciones extremas de temperatura y presión, lo que se traduce en una menor degradación y una vida útil más prolongada que los aceites minerales tradicionales.
En relación a la compatibilidad de sellos, los avances en la química de los aceites sintéticos han mejorado su afinidad con los materiales de sellos más antiguos, minimizando el riesgo de fugas. Además, la capacidad superior de los aceites sintéticos para mantener una película lubricante estable incluso bajo estrés mecánico elevado, protege de manera óptima las piezas del motor, contribuyendo a una mejor operatividad y durabilidad del mismo. Así pues, el uso de estos lubricantes avanzados puede ser una decisión acertada para el cuidado de motores antiguos, desmintiendo la idea de que solo los productos tradicionales son adecuados para su mantenimiento.
La elección de aceite basada en el precio
Optar por un aceite de motor guiándonos únicamente por el precio es una práctica desaconsejada que puede acarrear problemas en el funcionamiento del vehículo. La calidad del aceite y su correspondencia con las especificaciones del motor son variables mucho más significativas para preservar la salud del motor. Un aceite podría ser económico inicialmente, pero si no cumple con las necesidades específicas del motor, se puede traducir en un costo a largo plazo significativamente mayor, ya que la frecuencia de cambio se incrementa y, peor aún, puede ocasionar daños severos en componentes críticos del motor. Como ingeniero automotriz especializado en I+D de lubricantes, se debe enfatizar en la importancia de las propiedades anti-desgaste del aceite, las cuales son indispensables para una lubricación eficaz y para evitar el deterioro prematuro del motor. Por consiguiente, un aceite de motor barato puede representar un ahorro ilusorio que terminará costando mucho más, no solo en mantenimientos sino también en reparaciones costosas. Así pues, al seleccionar aceite de motor, es prioritario considerar la compatibilidad y la calidad antes que el precio.